Lo que debes saber sobre el Toxoplasma gondii: el parásito que condiciona el comportamiento de roedores y humanos

Descubre cómo se reproduce, cómo influye en la conducta de sus hospedadores y cómo prevenir su contagio

El Toxoplasma gondii es un parásito unicelular que puede infectar a una amplia variedad de aves y mamíferos, incluidos los seres humanos y los roedores. Aunque en la mayoría de los casos la infección es asintomática, el parásito puede tener efectos significativos en la conducta de sus huéspedes.

Reproducción de Toxoplasma gondii
El ciclo de vida de Toxoplasma gondii comienza cuando los felinos, en este caso los gatos infectados, eliminan ooquistes (huevos) en sus heces. Si los ooquistes entran en contacto con alimentos o agua, las personas y otros animales pueden ingerirlos y convertirse en huéspedes del parásito. Una vez que el parásito está dentro del cuerpo de su huésped, puede multiplicarse y propagarse a través de la formación de quistes en los tejidos del huésped.

A diferencia de otros parásitos, Toxoplasma gondii puede manipular la conducta de su huésped para aumentar su propia supervivencia. Los estudios han demostrado que los roedores infectados con Toxoplasma gondii tienen una mayor probabilidad de ser capturados por los gatos, lo que sugiere que el parásito puede manipular la conducta de los roedores para hacerlos menos temerosos y más propensos a acercarse a los depredadores.

Manipulación de la conducta en roedores
Se cree que el parásito puede alterar la producción de neurotransmisores en el cerebro del huésped, como la dopamina y la serotonina, lo que puede afectar el comportamiento y las emociones del huésped. Por ejemplo, se ha demostrado que los roedores infectados tienen una disminución en la aversión al olor de la orina de gato, lo que sugiere que el parásito puede influir en la forma en que el huésped percibe y responde a las señales químicas en su entorno.

Además, algunos estudios sugieren que la infección por Toxoplasma gondii puede estar relacionada con una mayor probabilidad de comportamiento impulsivo y una disminución en la respuesta del sistema inmunológico del huésped. Sin embargo, aún se necesitan más estudios para comprender completamente los efectos de la infección por Toxoplasma gondii en la conducta de los roedores y otros animales.

Humanos en contacto con gatos
En los seres humanos, la infección por Toxoplasma gondii generalmente no produce síntomas graves. Sin embargo, puede ser especialmente peligroso para las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como las personas con VIH/SIDA o las que reciben quimioterapia. La infección durante el embarazo puede causar problemas de salud en el feto, como ceguera, sordera y problemas cognitivos.

Además, las personas que tienen contacto cercano con gatos tienen un mayor riesgo de contraer la infección. Es importante tomar medidas preventivas, como lavarse las manos después de manipular la caja de arena del gato y cocinar la carne de manera adecuada para evitar la infección.

Sexo en las tripas del gato

El Toxoplasma gondii puede reproducirse tanto de forma asexual como sexual, dependiendo de las condiciones del ambiente y del huésped en el que se encuentre.

En la reproducción asexual, el parásito se divide por fisión binaria, es decir, se divide en dos células hijas idénticas. Este proceso se conoce como esquizogonia y ocurre en el interior de las células del huésped, especialmente en las células de músculo y cerebro. Durante este proceso, el parásito se replica dentro de la célula huésped, generando un gran número de células hijas, que eventualmente pueden infectar otras células cercanas.

Por otro lado, en la reproducción sexual, el toxoplasma necesita dos tipos de huéspedes: el definitivo, que un felino como el gato, y el intermediario, que puede ser cualquier mamífero, incluyendo al ser humano. En el gato, el parásito se reproduce sexualmente, produciendo dos tipos de células sexuales, los microgametos y los macrogametos. Los microgametos son pequeñas células que se fusionan con los macrogametos para formar un cigoto, que luego se convierte en un ooquiste. Los ooquistes son eliminados con las heces del gato y, si llegan a ser ingeridos por un huésped intermediario, como un ratón o un ser humano, pueden liberar los esporozoitos, que invadirán las células del huésped y se multiplicarán asexualmente.

Lo que debes saber sobre el Toxoplasma gondii: el parásito que condiciona el comportamiento de roedores y humanos
La Nueva Granja, La Granja | Comercio de proximidad 11 de mayo de 2023
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